imagen portada pedicuría galán

¿Qué hace un podólogo?


Toda parte del organismo humano cumple una función irremplazable, pero no todas cuentan con un profesional especializado en su tratamiento. Nuestros pies tienen ese inmenso privilegio, y el profesional dedicado a su cuidado es el podólogo.

La Podología es la rama de la actividad médica que previene y trata las dolencias y deformidades de los pies, cuando dicho tratamiento no rebasa los límites de la cirugía menor. Desde el punto de vista de los conocimientos necesarios para practicarla, es una disciplina científica que se encuadra en las ciencias de la salud. Desde el punto de vista de la práctica, podemos decir que es un arte que requiere dominar un conjunto de técnicas específicas. Un profesional de la podología es idóneo cuando reúne estas dos características.

El podólogo, al igual que los demás profesionales de la salud, no sólo debe ser idóneo, sino tener un título habilitante extendido por las autoridades sanitarias de cada país. Como todo profesional que se dedica a la atención de personas debe considerarse un privilegiado y, a la vez, comprometerse a desempeñar ese rol en el marco de la legalidad y la ética profesional.



PROBLEMAS FRECUENTES

Las afecciones de los pies son muchas, pero las que causan más frecuentemente la consulta con el podólogo son:
• Las onicomicosis son infecciones por hongos de las uñas, en este caso de los dedos de los pies. Las uñas infectadas suelen engrosarse y deformarse, y se ven deslustradas, con acumulación de detritus celulares por debajo de su margen libre. Su tratamiento y curación permanente es generalmente bastante difícil por ser una infección rebelde, y por lo general requieren de antifúngicos orales. Sin embargo, la práctica podológica y la eficiente utilización de antimicóticos con propiedades queratolíticas, los cuales deben ser recetados por un médico, pueden erradicarlas.

• Las onicocriptosis, más conocidas como encarnación de las uñas, provocan mucho dolor y pueden propender a diversas infecciones.
• La bromhidrosis, afección de la piel provocada por la descomposición de la sudoración, provocando un característico olor fétido. El óxido de zinc es utilizado en combinación con productos para el calzado.
• El pie de atleta, cuyo nombre científico es tinea pedis o tiña de los pies. Una infección por hongos muy frecuente, en muchos casos bastante rebelde. Comienza generalmente en los espacios interdigitales, pero puede invadir un área más extensa. La piel afectada presenta un aspecto macerado y puede cursar con ampollas (vesículas).
• Los callos (helomas) son durezas (hiperqueratosis) en una zona superficial circunscrita, producidas por un traumatismo repetido, generalmente a causa de una prominencia ósea o un defecto del calzado.



BIOSEGURIDAD

Es necesario diferenciar entre los podólogos y aquellos profesionales que se dedican a la faz estética de los pies, usualmente conocida comobelleza de pies. En éste último caso, las limitaciones en el uso de técnicas y elementos invasivos deben ser estrictamente observadas. Sólo el podólogo está capacitado y habilitado para usar elementos cortopunzantes, que pueden provocar vías de ingreso al organismo de ciertos agentes infecciosos, entre los cuales el más conocido es el VIH, virus que provoca el Sida. Las normas de bioseguridad deben ser rigurosamente cumplidas, lo cual incluye:
• la esterilización de los instrumentos no-descartables como algunos bisturíes, alicates, fresas y gubias para tratar los surcos unguiales; lo más frecuente es el uso del horno esterilizador, el cual desecha los agentes contaminantes mediante altas temperaturas;
• la no reutilización de los elementos descartables, entre los que se encuentran las hojitas de bisturí, agujas, gubias, etc.;
• el uso de guantes de látex por parte del profesional, los cuales deben ser reemplazados con cada paciente, y el trabajo en un campo estéril dan el marco de seguridad requerido por toda práctica invasiva para evitar infecciones.

Cuando el paciente tiene dudas acerca del uso y respeto de estas normas de bioseguridad, está en pleno derecho de consultar al profesional que lo atiende y, llegado el caso, a negarse a ser atendido.